El mercado del arte es amplio y se divide en submercados por países, incluso por regiones y por niveles de precios.
La primera tarea es determinar qué tipo de cuadro tiene, porque eso le dirá dónde vender.
El arte de un artista internacional puede ponerse a la venta en cualquier lugar, pero si se trata de una obra importante o significativa del artista debe ofrecerse en un lugar internacional como Nueva York, Los Ángeles, Londres, Berlín o Hong Kong, dependiendo de lo que sea.
Estos son los centros internacionales de arte actuales.
Por lo general, estos cuadros deben comercializarse en el país donde el artista es conocido y respetado, pero hay excepciones. Por ejemplo, en Cuba no hay mercado de arte. Si tiene una obra de Mario Carreno, un importante pintor cubano, Cuba sería casi el último lugar donde querría intentar venderla. La situación es la misma para los artistas de los países subdesarrollados y los que sufren una depresión económica, disturbios sociales o que están en guerra. El país del artista sólo es el mejor lugar para vender si hay cierta actividad en el mercado del arte, una prosperidad emergente y un clima social propicio para el coleccionismo de arte. Si no existen estas condiciones favorables, le irá mejor vendiendo fuera del país del artista.
Debe hacer todo lo posible por vender obras de artistas regionales en la región concreta en la que trabajaron y que se muestra en sus cuadros. Si tiene un cuadro de un artista tejano muy respetado y sus pinturas se refieren a Texas, no tendría sentido ponerlo a la venta en Chicago o Nueva Inglaterra. Véndelo en Texas, donde tiene seguidores y es conocido y apreciado localmente y donde la gente se relaciona con lo que muestran sus cuadros.
Puede que su cuadro no esté firmado o, si lo está, el artista podría ser uno de los muchos que han permanecido en la oscuridad, con apenas una o dos líneas en los diccionarios de arte. Algunos de estos cuadros tienen un mérito considerable, pero el mercado del arte no paga por la habilidad y el talento, sino por la fama. Averigüe cuándo y dónde se ejecutó su cuadro y hágase una idea del mercado del artista, si es que lo hay, antes de decidir dónde y cómo venderlo.
Hay decenas de miles de pintores horribles y mediocres. Sus cuadros no van a ninguna parte. La forma más fácil de deshacerse de estos cuadros es consignarlos a un pequeño subastador local u ofrecerlos en Ebay. A veces, dependiendo de su situación, una mejor opción es donarlos a una organización de caridad para una deducción de impuestos.
El mejor momento para vender arte es el invierno.
La segunda mejor época para vender arte es a principios de la primavera.
La tercera mejor época para vender arte es a finales de otoño.
Los compradores que más pagan son las instituciones
Los compradores que más pagan son los coleccionistas privados.
Entre los compradores que pasan desapercibidos se encuentran las agencias gubernamentales, los departamentos estatales y del condado, las sociedades históricas, las bibliotecas y, por supuesto, los museos. El arte se colecciona en todas partes. El Ejército del Aire de los Estados Unidos de América tiene una colección de arte. También la Armada y el Departamento de Estado, así como todas las mansiones de los gobernadores y los edificios de las legislaturas estatales.
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