En el caso de los cuadros de los Maestros Antiguos, que suelen estar pintados sobre tabla, ahora podemos determinar la especie de árbol de la que procede la madera y, por tanto, su origen geográfico. También podemos determinar la época en que el árbol estaba vivo y, a partir de ahí, la edad del panel. En el caso de las obras sobre papel, el análisis químico nos permite identificar si se utilizaron fibras sintéticas y, a partir de ahí, determinar si el papel es anterior o posterior al descubrimiento de los sintéticos. En cuanto a la pintura y los pigmentos, el análisis nos permite identificar con qué están hechos y a partir de ahí cuándo se fabricaron por primera vez y se pusieron a disposición de los pintores. La datación por carbono nos da la edad de la madera, el lienzo, el lino y el papel. La termoluminiscencia nos da la edad de las obras de arte hechas con arcilla. En muchos casos se pueden examinar las huellas dactilares incrustadas en la pintura y compararlas con las huellas dactilares grabadas del artista. Si un cabello del artista se ha caído y ha quedado incrustado en la pintura, se puede extraer el ADN y compararlo con el de los familiares del artista. En un número cada vez mayor de ámbitos, las pruebas científicas de los materiales proporcionan información que puede utilizarse para la autenticación.