Mucho antes de que se inventara la masonita, e incluso antes de que lo hiciera el aglomerado, se fabricaban tableros de papel, fibras de madera, aserrín, trapos, cola de piel de conejo y cola de caballo, como material artístico. Durante todo el siglo XIX se fabricó una gran cantidad de estos tableros para pintar. Mediante el análisis y el estudio se pueden identificar y disponemos de bases de datos que muestran cuándo y dónde se produjeron los distintos tipos de tableros y se pusieron a disposición del comercio. Si desea identificar cuándo y dónde se fabricó la tabla sobre la que está pintado su cuadro, póngase en contacto con nosotros, probablemente podremos ayudarle.